ESTRÉS: una moda o enfermedad inevitable

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La naturaleza le ha brindado al ser humano un mecanismo para defenderse de las exigencias y agresiones del mundo exterior, el cual se ha convertido en la forma de vida de más de la mitad de la población de los países desarrollados: el estrés. Bien administrado eleva nuestros niveles de productividad, pero si lo dejamos tomar ventaja nos agobia y vence.
El problema no es que el cuerpo reaccione con estrés, sino el grado de estrés y las consecuencias de éste, que proporciona desgaste con síntomas físicos (taquicardia, sudoración excesiva, insomnio, etc.) y psíquicos (inquietud, temores, desorientaciones en el espacio, tiempo etc.) o de conducta (imposibilidad para relajarse, caminar sin rumbo, irritabilidad etc.). Si encendemos una vela con una gran llama en ambos extremos, habrá más luz, pero también más rápidamente se agotará; lo mismo sucede con el ser humano, quien debe cuidar los mecanismos con los que cuenta para su defensa del mundo que lo rodea.
(Un análisis del mercado laboral. Ana María Díaz. 2001)